¿Cómo te sientes? Puede resultar extraño que te pongas a analizar tus emociones, especialmente si no estás acostumbrado a ello. ¿Puedes decir qué estás sintiendo: felicidad, estrés, aburrimiento o algo completamente distinto? Ya sea que te sientas feliz, estresado, aburrido o algo más, todas las emociones, positivas o negativas, son parte natural del ser humano.
Sin embargo, muchas personas se cuestionan a sí mismas cuando la vida se siente agobiante. La verdad es que las emociones son normales y la forma en que las manejamos, especialmente durante momentos difíciles, define nuestra salud mental. A pesar de esto, existen mitos con respecto a la salud mental que pueden impedir que las personas busquen ayuda. Vamos a derribarlos.
Mito: Los problemas de salud mental son un signo de debilidad.
Realidad: Los problemas de salud mental no tienen que ver con la debilidad o los defectos de carácter. Los factores ambientales, la genética y antecedentes familiares influyen en la salud mental 1. Así como no vemos a alguien con gripe como débil, los problemas de salud mental no definen a una persona. Buscar ayuda cuando se tiene un problema es un signo de resiliencia y fortaleza.
Para muchos, existe una inmensa presión cultural por parte de seres queridos que valoran el trabajo duro, incluso a costa de suprimir las dificultades emocionales 2. En general, ignorar trastornos emocionales solo prolonga la cantidad de tiempo que una persona puede lidiar con una enfermedad mental no diagnosticada. Buscar ayuda y recursos puede ser, en cambio, un paso poderoso hacia la curación 3.
Mito: La terapia es solo para personas con enfermedades mentales graves.
Realidad: La terapia es beneficiosa para todos, no solo para quienes padecen enfermedades mentales. Si, es verdad que la terapia es una herramienta esencial para tratar trastornos mentales como la depresión y la ansiedad. Pero, aun así, muchos pacientes descubren que también es útil para navegar por los aspectos estresantes de la vida como el trabajo y las relaciones familiares 4.
La terapia se puede comparar en algunos aspectos con el gimnasio: si hace ejercicio y levanta pesas con frecuencia, sus músculos crecerán. En este caso, la terapia ayuda al cerebro a remodelar y dar forma a nuevos caminos e ideas, un poderoso fenómeno conocido como plasticidad neuronal que explica la capacidad de nuestra mente de evolucionar continuamente y aumenta la capacidad del cerebro para obtener nuevas perspectivas 5.
Mito: Si he manejado mis emociones por cuenta propia antes, no voy a necesitar ayuda ahora.
Realidad: Muchas personas suelen recordar momentos difíciles de su infancia en los que han superado adversidades increíbles sin necesidad de terapia ni ayuda de un médico. Sin embargo, estudios nos muestran que pasar por situaciones estresantes en los primeros años de vida aumenta la probabilidad de que alguien pueda experimentar problemas de salud mental 6.
Es importante reconocer que la salud mental, al igual que la salud física, no es estática. En cambio, deberíamos pensar en buscar atención de salud mental de la misma manera que vamos al médico por un esguince de tobillo o un dolor de espalda: cuanto antes abordemos el problema, más rápido podremos volver a la acción y, lo más importante, entender cómo evitar lesiones en el futuro.
Mito: Buscar ayuda significa que tendré que tomar medicamentos.
Realidad: El tratamiento de la salud mental es muy individualizado. Aunque es verdad que el medicamento puede ser una herramienta eficaz para algunas personas, no es la única opción. En casos cuando se utilizan medicamentos, no son mágicos para mejorar la salud mental. La mayoría de los pacientes experimentan el mayor beneficio cuando los medicamentos se aplica junto con otras cosas, como la terapia, cambios en el estilo de vida y apoyo social.
Mito: Los medicamentos cambiarán quién soy o me harán sentir como otra persona.
Realidad: Una de las preocupaciones más comunes que los pacientes le dicen al doctor es que no quieren que la medicina psiquiátrica cambie quienes son. La verdad es que los medicamentos tienen como objetivo reducir los síntomas, no cambiar quién eres. Encontrar el medicamento adecuado lleva tiempo e implica un proceso iterativo con su médico para obtener los mejores resultados con efectos secundarios mínimos.
Mito: Hablar sobre salud mental empeora las cosas.
Realidad: Poder tener una conversación abierta sobre la salud mental tiene varios beneficios, no solo para las personas que experimentan este tipo de problema, sino también para la comunidad. Escuchar a personas de autoridad, como padres o líderes hablar sobre la salud mental puede servir para normalizar mucho el tema. Por otro lado, ignorar las preocupaciones rara vez las hace desaparecer. Cuando hablamos abiertamente sobre la salud mental, creamos una cultura en la que las personas se sienten seguras buscando ayuda sin miedo a ser juzgadas. Ya sea que hablemos con un amigo o visitemos a un doctor, poder comunicar las emociones y dificultades con la salud mental suele ser el primer paso en el camino hacia la recuperación.
En Resumen
La salud mental puede ser difícil de definir en una sola palabra u oración. Puede ser aún más difícil expresar sus emociones si las normas culturales o sociales no fomentan la expresión abierta. Para muchos, los mitos acerca de la salud mental y al tratamiento de las enfermedades mentales pueden retrasar el tratamiento y disminuye la calidad de vida. Por otro lado, desafiar estos mitos hablando de los sentimientos, ya sean positivos o negativos, puede normalizar la salud mental como una práctica activa.
Recuerda que descubrir la calidad de tu salud mental actual puede ser tan sencillo como preguntarte: ¿Cómo me siento? Cualquiera que sea la respuesta hoy, es importante reconocer que estas emociones son válidas y que buscar ayuda es un acto que requiere una inmensa fortaleza.
Sebastian Acevedo, M.P.H.
Rutgers New Jersey Medical School, estudiante de medicina de cuarto año
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