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¿Qué es la demencia?

La demencia es un tĂ©rmino general utilizado para describir los trastornos neurodegenerativos del cerebro que afectan la capacidad cognitiva. Se calcula que más de 55 millones de personas en todo el mundo tienen demencia. La enfermedad de Alzheimer es el diagnĂłstico más comĂşn de demencia La enfermedad de Alzheimer representa entre el 60 % y el 80 % de los casos y afecta a 6.7 millones de estadounidenses. El deterioro cognitivo de las personas con demencia se diferencia  de los problemas de memoria asociados con el envejecimiento. La capacidad para cuidar de sĂ­ mismo y atender sus rutinas cotidianas pueden ser afectadas por la demencia.

Existen diferentes tipos y causas de demencia. Los tipos más comunes de demencia son:

  1. La enfermedad de Alzheimer: el tipo más comĂşn de demencia. La enfermedad de Alzheimer suele comenzar con olvidos de hechos recientes, conversaciones, nombres o caras. 
  2. La demencia vascular: el segundo tipo más común de demencia. Este tipo de demencia es causada por accidentes cerebrovasculares o pequeños derrames cerebrales Cada uno de estos accidentes puede impedir la irrigación del cerebro. Las personas con demencia vascular presentan una disminución progresiva en la cognición con cada accidente cerebrovascular o pequeño derrame cerebral. Los síntomas dependen del área del cerebro que se vea afectada.
  3. La demencia con cuerpos de Lewy: entre los principales síntomas se incluyen las alucinaciones; los desórdenes del sueño, como las pesadillas; el aspecto de somnolencia o cansancio, y los problemas motrices o de equilibrio, como las caídas, los temblores, los movimientos lentos y las dificultades para caminar. Por lo general, los problemas de memoria ocurren más adelante en el progreso de la enfermedad en comparación con la enfermedad de Alzheimer.
  4. La demencia frontotemporal: las personas con demencia frontotemporal pueden presentar cambios de carácter (como falta de interés o emociones, ira repentina) y dificultades para organizar y planificar actividades cotidianas, como ir a trabajar y pagar facturas. El manejo del lenguaje también puede costarles, por ejemplo, pueden tener dificultades con los nombres y la fluidez al hablar, cometer errores gramaticales y usar palabras inapropiadas. Por lo general, los problemas de memoria ocurren más adelante en el progreso de la enfermedad en comparación con la enfermedad de Alzheimer.

En las etapas iniciales de la demencia, las personas pueden trabajar, conducir, cocinar y participar en las demás actividades cotidianas con la ayuda de amigos y familiares. La progresiĂłn de la demencia y las habilidades afectadas varĂ­an segĂşn cada individuo. A medida que la enfermedad avanza, las personas se vuelven cada vez más dependientes de sus amigos y familiares para atender sus necesidades diarias, como pagar facturas, comprar  alimentos y cuidar de sĂ­ mismas, incluso bañarse y vestirse. TambiĂ©n pueden sufrir cambios en el estado de ánimo, ansiedad, paranoia, alucinaciones, agitaciĂłn, comportamientos sexuales inapropiados y alteraciones del sueño. Es posible que salgan de su casa y deambulen, se pierdan o cometan errores al conducir o cocinar. Esto puede causar una gran preocupaciĂłn por su seguridad.

Cuando la enfermedad avanza a otras partes del cerebro, pueden tener problemas de degluciĂłn, de equilibrio y sufrir caĂ­das.  Con el tiempo, tambiĂ©n pueden quedar postrados en cama y necesitar atenciĂłn permanente. 
La demencia puede deberse a más de un factor. En este caso, se denomina, demencia mixta.

La demencia también puede ser ocasionada por otras afecciones médicas, entre ellas, las lesiones cerebrales traumáticas, el uso de alcohol y otras sustancias, la infección por VIH, la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Huntington.

En una persona con demencia, las neuronas responsables por la cogniciĂłn se deterioran progresivamente y de forma significative.  La disminuciĂłn puede ocurrir en uno o más de los siguientes campos cognitivos:

  1. La memoria, incluida la capacidad de recordar actos y conversaciones recientes.
  2. El aprendizaje y la aplicaciĂłn de nueva informaciĂłn.
  3. La capacidad para mantener la atenciĂłn en tareas complejas.
  4. El lenguaje, incluida la capacidad de nombrar, hablar sin errores gramaticales y usando las palabras correctamente.
  5. Las capacidades motoras, incluida la coordinaciĂłn manual y visual, la coordinaciĂłn corporal y visual, asĂ­ como las capacidades visuales y auditivas.
  6. La capacidad para centrar la atenciĂłn, planificar, organizar y coordinar mĂşltiples tareas.
  7. La capacidad para percibir, comprender y juzgar a los demás y el comportamiento social propio.

La gravedad del deterioro cognitivo se establece con una evaluación neuropsicológica o clínica. Para diagnosticar una demencia, los problemas cognitivos de una persona deben ser lo suficientemente graves como para afectar sus actividades cotidianas de manera independiente. Por ejemploy, el manejo de sus finanzas y medicamentos, su vestuario o higiene. El deterioro cognitivo no debe ser la consecuencia de otro trastorno psiquiátrico, como la depresión o la esquizofrenia, u otros cuadros, como el delirio (un estado temporal de confusión que ocurre durante un período breve debido a afecciones médicas subyacentes, medicamentos, drogas o toxinas).

Tratamiento

Actualmente, no hay ningĂşn tratamiento que pueda revertir la evoluciĂłn de la demencia. La AdministraciĂłn de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) ha aprobado medicamentos para disminuir el avance de la enfermedad de Alzheimer (pero no otros tipos de demencia). Algunos de ellos pertenecen a la clase de medicamentos llamados inhibidores de la colinesterasa, que se prescriben para la enfermedad de Alzheimer leve a moderada (por ejemplo, Aricept® [donepezil], Exelon® [rivastigmina] y Razadyne® [galantamina]). Para tratar la enfermedad de Alzheimer moderada a grave, la FDA de los Estados Unidos ha aprobado otro medicamento: Namenda® (memantina). En 2021, el medicamento Aduhelm® (aducanumab) fue aprobado por la FDA de los Estados Unidos para tratar la enfermedad de Alzheimer. Asimismo, se están estudiando varios medicamentos nuevos para atacar diversos procesos relacionados con la demencia con el fin de desarrollar medicamentos que puedan detener o desacelerar el deterioro cognitivo provocado por la demencia. 

Llevar un estilo de vida saludable puede ayudar a evitar que la demencia empeore. Para ello, puede optar por seguir una dieta equilibrada; actividad fĂ­sica, social y mental; dejar de fumar; reducir el consumo de alcohol; realizarse chequeos mĂ©dicos regulares, y tratar enfermedades cardĂ­acas, hipertensiĂłn y diabetes. 

Las personas con demencia tambiĂ©n pueden tener afecciones como depresiĂłn, ansiedad, agitaciĂłn y psicosis. Los profesionales de la salud mental o de la atenciĂłn primaria pueden ayudar a manejar estos trastornos con medicamentos psiquiátricos, intervenciones no farmacolĂłgicas (por ejemplo, abordar la causa de la angustia en el paciente) o hacer cambios en el estilo de vida (como mantener un ciclo de sueño apropiado). Los terapeutas conductuales especializados en la atenciĂłn de la demencia pueden emplear terapias como la terapia de reminiscencia, la terapia de validaciĂłn, la orientaciĂłn de la realidad y la terapia de estimulaciĂłn cognitiva para aliviar la angustia y los comportamientos relacionados, ofrecer bienestar y evitar el aburrimiento o la soledad. 

Las personas con demencia pueden tener problemas para identificar o explicar sus necesidades. Reconocer y abordar sus necesidades (por ejemplo, dolor, hambre, estreñimiento, infecciones, erupción cutánea, uñas encarnadas, vejiga llena y temperatura ambiente apropiada) puede ayudar a una persona a sentirse cómoda y disminuir el riesgo de presentar problemas de comportamiento. Un ambiente tranquilo y no estimulante puede ser útil, en especial para dormir por la noche. Cuando la persona está ansiosa o agitada, puede servir redirigir su atención. Se deben dar instrucciones simples y explicadas paso a paso, ya que puede resultar difícil para estas personas comprender instrucciones complejas. Es mejor evitar discutir o confrontar con personas con demencia, ya que podrían no recordar o comprender los problemas.

A medida que se agrava la demencia, los medicamentos usados para tratar la enfermedad o los problemas de comportamiento relacionados pueden volverse menos efectivos. DespuĂ©s de analizar los riesgos frente a los beneficios de los medicamentos con el profesional tratante, estos pueden suspenderse para reducir la carga de tomar medicamentos inapropiados e innecesarios. 

El estrés del cuidador

Cuidar a las personas con demencia puede ser muy estresante para la familia y los amigos, en especial a medida que se agrava la enfermedad y los cuidadores emplean más tiempo y esfuerzo para realizar esta tarea.  Es posible que los cuidadores tengan dificultades para aceptar la gravedad de la demencia o se enojen y se frustren. A medida que el cuidado lleva más tiempo y energĂ­a, el cuidador puede aislarse socialmente y volverse solitario. Pueden sufrir ansiedad, depresiĂłn e insomnio, ya que les preocupa el cuidado de la persona con demencia y su futuro. El estrĂ©s crĂłnico de cuidar a alguien tambiĂ©n puede tener un costo sobre la salud fĂ­sica de los cuidadores.

Es importante que los cuidadores se cuiden y busquen ayuda cuando sea necesario. De ser posible, los cuidadores deben encontrar tiempo durante el día para realizar actividades que disfruten, relajarse y hacer ejercicio. Deben pedir ayuda a familiares y amigos para turnarse en el cuidado de la persona con demencia. También se pueden plantear recurrir a servicios de cuidados temporarios o centros de día para adultos (vea el localizador de servicios de atención para personas mayores ofrecido por el Gobierno de los Estados Unidos). Por otro lado, los cuidadores también deben tratar de no tomarse las conductas problemáticas de quienes tienen demencia como algo personal, ya que son síntomas de la enfermedad.

Si sienten ansiedad o depresiĂłn por cuidar a sus seres queridos, deberĂ­an considerar hacer psicoterapia o buscar asesoramiento, o bien, consultar a su proveedor de servicios de salud mental. TambiĂ©n puede ser Ăştil asistir a grupos de apoyo para cuidadores de personas con demencia. Se puede obtener informaciĂłn sobre grupos de apoyo para cuidadores y otros recursos para cuidadores en las sedes locales de la Alzheimer’s Association (AsociaciĂłn del Alzheimer). 

Si el cuidado de la persona con demencia supera las capacidades del cuidador, se debe considerar recurrir a centros de atenciĂłn a largo plazo, como los centros de vida asistida o los centros de atenciĂłn de la memoria, puesto que cuentan con personal de enfermerĂ­a especializado en el cuidado de personas con demencia. 

Demencia y enfermedad de Alzheimer en la poblaciĂłn hispana/latina 

Algunas investigaciones han encontrado que los hispanos/latinos tienen 1.5 veces más probabilidades de tener demencia y desarrollar sĂ­ntomas varios años antes que los blancos. En comparaciĂłn con otros grupos raciales/Ă©tnicos, se proyecta que la poblaciĂłn latina en los Estados Unidos tendrá el aumento más pronunciado de la enfermedad de Alzheimer en los prĂłximos 40 años.  Muchos factores contribuyen a este aumento, segĂşn la AsociaciĂłn del Alzheimer, incluyendo una combinaciĂłn de factores socioeconĂłmicos (como la educaciĂłn y los ingresos) y una mayor prevalencia de varias afecciones de salud. Los hispanoamericanos son más propensos que los blancos a tener presiĂłn arterial alta no controlada y diabetes, y más propensos a tener enfermedades cardĂ­acas y accidentes cerebrovasculares. Muchos hispanos/latinos tambiĂ©n enfrentan barreras para acceder a servicios preventivos como medicamentos. Además, los latinos están subrepresentados en las investigaciones y ensayos clĂ­nicos sobre la enfermedad de Alzheimer y la demencia.

Sources:

Revisión por médicos

  • Bernardo Ng, M.D., Septiembre 2024
  • Badr Ratnakaran, M.D., Abril 2023

Medical leadership for mind, brain and body.

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